Y si no sale, ¿Qué?

«Han creado esto para que no haya Semana Santa» «Se quieren cargar la Semana Santa» «Lo que quieren es que no tengamos Semana Santa». Estas, y otras más, son algunas de las frases, por no llamarlo de otro modo, que he podido leer y oír en estas semanas, con respecto al coronavirus, como si el maldito virus coronado sólo afectase a católicos, cofrades y capillitas practicantes y hubiera sido creado por alguna mente tóxica, para soltarlo justo ahora y fastidiar la Semana Mayor.

Algunos ya ponen el grito en el cielo, porque han tenido que suspender algunos ensayos, en varias ciudades andaluzas y ya se habla, desde las autoridades competentes, que, como las Fallas, igual la Semana Santa se vea afectada por el dichoso virus.

Para estos, los paranoicos de una semana, el mundo se les viene encima porque no verían pasos en las calles, ni bandas a las que grabar, oir y reproducir en su móvil como una matraca.

Para estos, los paranoicos de una semana, el mundo se les vienen encima porque no podrían sacar «su» paso cada día, ni podrían despotricar de esta o aquella banda o ver qué marcha será la siguiente que sonará.

Para estos, los paranoicos de una semana, todo se limita a eso, a una semana, así de simple y así de vacío, sin ni siquiera pensar que la Semana Santa no será jamás suspendida ya que, aunque no haya desfiles procesionales, y digo bien desfiles para ellos, la Semana Santa tendrá su máxima expresión en la misa de Palmas, en la Eucaristía del Jueves Santo, día del Amor Fraterno, o en la Pascua de la Resurrección.

Es normal que se agobien y pongan el grito en el cielo, porque de lo descrito en el párrafo anterior, poco o nada de idea tienen. Sólo se les pasará por la cabeza hablar de estrenos, de marchas, de bandas y capataces. De la pena que les da que aquel Cristo no lo saque Fulano o de que el otro Cristo lo montarían en un paso y lo «guapo que quedaría».

Que conste que soy el primero en pensar qué estrenará esta o aquella Hermandad, en quién habrá modificado el itinerario y qué planning habrá que seguir, para poder ver el mayor número de Hermandades en la calle, pero por encima de todo soy un ser racional, que no ve fantasmas donde no los hay, que no siente atacada su fe por cosas como estas, pues mi fe es mucho más grande que un paso en la calle, que no cree en inventos para destrozar lo nuestro, ni mucho menos en mentes malvadas conspirando para terminar con una semana. Flaco favor hacemos los cofrades, dando vuelo a esas ideas «conspiranoides», que lo único que ayuda es a que nos sigan llamando frikis, y con toda la razón del mundo.

Está claro que el famoso coronavirus podrá, llegado el caso, terminar con las procesiones, pero no tenga la más mínima duda, que la Semana Santa, aunque no haya un sólo penitente en la calle, no se suspende.