Patronas de Cádiz. Nuestra Señora de Regla Coronada, Chipiona.

Nuestra Señora de Regla Coronada, es una talla de pequeñas dimensiones, de unos 62 centímetros de alto, realizada en madera, de estilo románico, que sigue la iconografía mariana de las Vírgenes negras. Es una imagen que cuenta en su haber con numerosos hechos prodigiosos, curaciones y algún milagro. Según se cree, la Virgen de Regla, siempre ha sido de color oscuro, así lo recuerda los Cantares de Salomón: «Negra soy, pero hermosa hija de Jerusalén».

La historia de la Virgen de Regla se remonta al siglo IV, entrecruzándose la historia y las leyendas. Se cuenta que el origen del título de Regla se debe a que, la Santísima Virgen, es la que guarda y custodia las reglas de los frailes Agustinos.

Primer plano de Nuestra Señora de Regla Coronada (Foto de Alberto Reyes)

Según dice el escrito de fray Diego de Carmona Bohórquez, la primera imagen de la Virgen de Regla fue mandada a hacer por el mismísimo san Agustín, doctor de la Iglesia, cuando era el obispo de Hipona en el norte de África, tras la revelación de un ángel. El santo veneraba a la Virgen en su oratorio.

A la muerte de san Agustín, en el año 443 la comunidad de Hipona fue atacada por maleantes y el diácono Cipriano y varios monges de la compañía, tuvieron que huir hacia España, recalando en Chipiona, el 2 de julio de ese año, con la imagen de la Santísima Virgen, que san Agustín les dejó. En el viaje tuvieron que sortear una fuerte tormenta en el estrecho de Gibraltar. Al llegar colocaron la imagen frente al mar. Desde su llegada a tierras gaditanas comenzó a crecer la devoción a la Virgen, hasta tal punto que se le construyó un monasterio en su honor.

Desde España, los devotos de Santa María de Regla, principalmente los frailes Agustinos, propagan la veneración por muchas partes del mundo. Llegó a su apogeo en el siglo XVIII. Hoy día, Nuestra Señora de Regla, se venera en España, Cuba, Miami, México, República Dominicana, Filipinas y los Países Bajos.

Con la llegada de las tropas musulmanas, en el año 713, el prior del monasterio, Simón, esconde a la Virgen en un pozo cercano del lugar de culto, bajo una higuera, junto con utensilios de misa y una lamparilla encendida.

Tras la victoria del Rey Alfonso X El Sabio, en el siglo XIII, la Virgen de Regla, en una visión a un canónigo regular de la catedral de León, le muestra el lugar exacto donde se encontraba escondida, y le pidió que fuera a desenterrarla, para devolverla a su monasterio. El canónigo siguió las órdenes y, cuando se encontraba descansando en el sitio, bajo una higuera, escuchó una voz angelical que le decía: «Éste es mi lugar «.

La Virgen de Regla en su paso dentro de su Santuario (Foto de Alberto Reyes)

Trabajó con entusiasmo y fe en el lugar y » ¡Oh portento!», exclama en su narración el Fray Tomás de Harrera, halla el lugar sagrado, así como una lámpara encendida. Al parecer, se conserva hoy día, un cáliz de los que estuvieron enterrados. Junto con la Virgen. Se devuelve a la Señora al que, tiempo atrás, fue su templo, y se levanta una pequeña capilla o Humilladero, en la actualidad muy modificado, en el lugar donde permaneció enterrada, y que hoy se puede ver junto al Santuario. La Virgen de Regla había permanecido oculta durante 617 años.

Nuestra Señora de Regla es Patrona de la Villa de Chipiona desde hace 411 años, concretamente desde el año de 1608.

El 5 de septiembre del año de 1954, el cardenal Segura, coronó canónicamente a Nuestra Señora de Regla, ante la atenta mirada de más de setenta mil personas, que ocupaban toda la explanada frente al Santuario.

La coronación contó con la presencia de los Arzobispos de Colombia y de Fussala, del Duque de Terranova, en representación del Ministro de Asuntos Exteriores, y del General Merry del Val. Sus padrino fueron los Infantes de Orleáns.

Sus fiestas patronales están declaradas de Interés Turístico de Andalucía y terminan con un castillo de fuegos artificiales, a la recogida de la Virgen, desde la playa de Regla, cada 8 de septiembre.