Patronas de Cádiz: Nuestra Señora de la Caridad Coronada, Sanlúcar de Barrameda.

Hablar de Sanlúcar de Barrameda, es hablar de la Virgen de la Caridad, y es que la ciudad y su Patrona, parecen estar perfectamente unidas entre sí.

Es la Santísima Virgen de la Caridad una talla de pequeña envergadura, réplica de la Virgen de la Caridad de Illescas, Toledo, que el malagueño don Pedro Ribera Sarmiento llevaba consigo en sus viajes a principios del siglo XVII y que, después de realizar varios milagros, alcanzó una notable devoción en Sanlúcar y sus alrededores. Parece ser que Rivera Sarmiento compró la imagen, de dos cuartas de altura, y que le había costado cien reales, en la ciudad de Sevilla, y de la que su esposa era gran devota.

Los señores de Sanlúcar, los duques de Medina Sidonia, fueron conocedores de la devoción que había despertado la Virgen, por lo que decidieron intervenir, para llevarla a un lugar más digno, ya que estaba en un altar en la misma calle, en la plaza de la Ribera. El templo elegido fue la iglesia de Santa Ana, que estaba en construcción bajo la dirección de don Alonso de Vandelvira, y que posteriormente pasó a llamarse Santuario de Nuestra Señora de la Caridad.

La gran devoción a la Santísima Virgen alcanzó, por entonces en la zona, un cariz solo comparable al que más tarde llegó a despertar la devoción a la Virgen del Rocío, patrona de Almonte.

Como he comentado anteriormente, cuenta en su haber con varios milagros, aunque el más sonado es el llamado «milagro del aceite».

Miles de fieles acompañando a la Virgen de la Caridad.

Aunque se cuenta que el primer milagro de la Virgen de la Caridad es el del aceite, realmente no fue así. Estando en Sanlúcar don Pedro Rivera Sarmiento, se ve involucrado en una pelea, dónde recibe una puñalada, atravesándole la cabeza y saliéndole por un ojo la espada. Rivera Sarmiento se encomendó a la imagen de la Virgen que había comprado en Sevilla y, al parecer, se curó, mandando entonces a construir una hornacina para poner a la Caridad. Puso entonces una lámpara de aceite que estaría siempre encendida, en forma de agradecimiento.

El día 6 de junio de 1608, viernes después del Corpus, se celebró un festejo taurino, cuando don Pedro Rivera o la persona a la que había dejado el encargo del cuidado de la lámpara, olvidó añadir el aceite a la misma, con lo que la lámpara se apagó. La virgen apareció iluminada en ese momento, y de la lámpara comenzó a brotar aceite, que rebosaba, manchando el suelo. Los ciudadanos que vieron lo sucedido, comenzaron a recoger el aceite, ungiendo a los enfermos, que sanaron de las dolencias que padecían.

Desde entonces, la leyenda de milagrosa de la Virgen de la Caridad, se fue extendiendo por todo el Señorío de Sanlúcar, el Condado de Niebla y el Ducado de Medina Sidonia, por lo que fue nombrada, por el duque, Patrona de todos sus estados. La ciudadanía y los Duques de Medina Sidonia piden, a Rivera Sarmiento, que cediese la imagen al pueblo de Sanlúcar de Barrameda. Rivera Sarmiento respondió afirmativamente a esta petición, por lo que la Virgen fue trasladada, en procesión, el día 10 de junio de 1608, desde la hornacina donde se encontraba, hasta la iglesia de san Pedro, acudiendo a ella muchísima gente de la ciudad, desde los duques de Medina Sidonia, hasta la gente más humilde.

El día 14 de junio del mismo año, y según recoge en acta notarial, hecha ante el notario apostólico don Pedro Pacheco, y aprobada por el licenciado don Luis de León Garavito, don Pedro Rivera Sarmiento dona la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, a la iglesia del hospital de san Pedro.

El día 21 de noviembre de 1608, festividad de san Clemente, se publica en la ciudad de Sevilla la sentencia, pronunciada por el Cardenal Fernando Niño de Guevara, en la que se cuantifica hasta catorce milagros de la Santísima Virgen.

El día 15 de mayo de 1609, quedan aprobadas las primeras Reglas de la Cofradía de Nuestra Señora de la Caridad, a iniciativa de los duques de Medina Sidonia, que fueron inscritos como los primeros Hermanos de la misma. Se celebró el primer Cabildo el día 3 de mayo de ese mismo año.

Sería el sábado día 15 agosto 1609, cuando la Virgen de la Caridad, realiza la primera salida procesional al barrio bajo. El escribano don akusn Candalo, realizó un amplio relato de esta procesión, con todo lujo de detalles en la narración que hizo para Alonso Pérez de Guzmán y doña Ana de Silva y Mendoza.

El Cabildo municipal de Sanlúcar, reunido el 2 de septiembre de 1618, acuerda proclamar, a propuesta del octavo Duque de Medina Sidonia, don Manuel de Guzmán, a Nuestra Señora de la Caridad como patrona de la ciudad. El 2 de diciembre de ese mismo año, se coloca un azulejo, en el mismo lugar donde don Pedro Rivera Sarmiento veneró a la Virgen de la Caridad, en la Calle Bolsa, esquina a la plaza del Cabildo. Este azulejo se puso con motivo del tercer centenario de su proclamación como patrona de Sanlúcar de Barrameda.

Nuestra Señora de la Caridad Coronada.- Fotografía de IslaPasion.net

El día 28 de marzo del año de 1965, Su Santidad el Papa Pablo VI, concede la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Caridad, que se celebra el 15 de agosto de ese mismo año. La ceremonia tuvi lugar en la Calzada, dónde fue trasladada la Virgen, por la cuadrilla de costaleros de la Hermandad del Baratillo de Sevilla. La eucaristía fue celebrada y presidida por El Cardenal Arzobispo de Sevilla Dr. don José María Bueno Monreal.

A solicitud de la propia Hermandad, el día 12 de julio del año de 1990, el Ayuntamiento en pleno y reunido en sesión extraordinaria, acuerda conceder la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen de la Caridad y vuelve a renovar el voto de Alcaldesa Perpetua, concedido en el año de 1919.

El 1 de agosto del año de 1997, el Santuario Diocesano, fue elevado a la dignidad de Basílica Menor por breve del papa Juan Pablo II, siendo consagrada por el primer obispo de Asidonia-Jerez Monseñor don Rafael Bellido Caro.

Cuenta la Virgen de la Caridad Coronada con una enorme devoción en su ciudad y en los alrededores. Todos los sábados del año celebran misa sabatina, y en los días anteriores al 15 de agosto, celebran una novena, con gran asistencia de fieles y una multitudinaria ofrenda de nardos y aceite. El 15 de agosto, la ciudad amanece cambiada, llena de alegría y vestida con sus mejores galas. La Solemne Eucaristía y Función Principal de la mañana da paso a la procesión de la tarde, en la que todos los sanluqueños observan el procesionar de su Patrona, en el coqueto y magnífico templete barroco de plata y columnas salomónicas de ébano, exornado con miles de varas de nardos.