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Hace unos días leí, en las redes sociales de un amigo, una reflexión que me hizo pensar: «Lo de utilizar a las imágenes para hacer campaña electoral y que las Cofradías se decanten por determinados partidos políticos es innecesario».

Reconozco que, desde siempre, lo he pensado y, viendo la que se nos viene encima con una campaña electoral en plena Semana Santa, mucho me temo que asistiremos a ese circo que se monta en todas las campañas electorales, pero con toques de llamador, «reconocimientos» a amigos políticos o políticos amigos y una exagerada exposición de algunos políticos, con el único afán de hacerse notar. Todo ello regado con un sinfín de promesas que, sabiendo de lo imposible de cumplir con lo prometido y no habiéndose preocupado por este colectivo en ningún momento, vienen ahora, como se dice literalmente, a hacerse la foto. Y se irá a su casa creyendo que tiene un puñado de votos más para su causa, sin saber que el mundo cofrade, es mucho más complejo de lo que parece, con respecto a la política y que hay una malgama de ideales políticos dentro de cada Hermandad.

El mundo cofrade está lleno de personas y, como tales, cada uno es de su padre y de su madre. Cada uno tiene gustos más clásicos en cuanto a la música, la forma de vestir a las imágenes, la manera de poner las flores o de llevar un paso. Con la política pasa igual, cada uno tiene, o debiera de tener, un sentimiento político según lo vivido, sin que te etiqueten de esto o aquello, pertenezcas o no a una Hermandad.

A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente, mujeres y hombres, cada uno con sus inquietudes, con su manera de ver la vida en general y con diferentes maneras de vivir su fe. Personas que, para sorpresa de muchos y alegría de otros, no profesan el mismo sentimiento político que «debieran», ya que saben diferenciar perfectamente sus simpatías políticas de su fe.

De igual manera he conocido a muchos políticos que, debido a sus ideales políticos, bien podrían estar más o menos alejados de este mundo, pero que a pesar de lo, en principio, alejados ideales políticos que tienen, viven la Semana Santa de una manera sorprendentemente cercana.

Siempre he pensado que los sentimientos religiosos y los políticos, deben ir en paralelo, fluyendo de manera distinta, cada uno a su ritmo, por su camino, por lo que me refería anteriormente: Dentro de una Hermandad hay sentimientos políticos de todos los colores, gracias a Dios, y, para no caer en errores, sería bueno evitar los posicionamientos políticos de la Hermandad, como Corporación, aunque, a título personal, cada cual haga lo que quiera.

Es fácil etiquetar al mundo cofrade con ciertos partidos políticos. Bien es cierto también que, el que crea que por pertenecer a una Hermandad ya eres de un color politico, se equivocará seguro ya que generalizar es equivocarse.

Sería un buen momento para que las Hermandades, o sus dirigentes, reflexionen y no se dejen llevar por el calentón electoral del momento, o por querer hacer el «favorcito» al amigo político o político amigo y eviten imágenes que puedan señalar a sus Hermandades, de las que ahora mismo son dirigentes, pero ellos pasarán y sus Corporaciones quedarán aquí.

Por todo ello termino como empecé este artículo diciendo que lo de utilizar a las imágenes para hacer campaña electoral, y que algunas Cofradías se presten a ello, es totalmente innecesario.

Paz y bien.