Evolución

Es un mundo, el de las Hermandades, en constante movimiento. Renovarse o morir parece ser el lema de alguna de ellas. Son varias las Hermandades en El Puerto de Santa María las que parece haber cogido este lema para sí mismas y han metamorfoseado de lo primitivo a lo actual, dando un cambio total a sus enseres, principalmente por que, algunas, partían de cero.

Un caso claro de evolución lo tenemos en la Hermandad de la Entrada de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén y Nuestra Señora de la Entrega.

Aún recuerdo cuando era un niño y la Hermandad hacia su salida procesional en la mañana del Domingo de Ramos, sólo, con el paso del Señor a ruedas.

El cambio hasta hoy es más que evidente, pero hoy quiero poner mis ojos en el paso de la Virgen de la Entrega.

Fue allá por el año de 1984, cuando la imagen de Nuestra Señora de la Entrega procesiona por vez primera, acompañando al Señor. Es esta una obra anomia del siglo XVII, perteneciente a la escuela Florentina y que primitivamente fue una Santa Rosa de Lima, adaptada a su actual iconografía por D. Eduardo Ruiz Gollury.

Esta primera salida la haría sobre unas andas con respiraderos, que son los actuales, de metal plateado de líneas rectas, faldones de color celeste y manto azul marino con toca de sobremanto dorada. Termina el conjunto una corona en metal plateado, que es bien parecida a una perteneciente a la Hermandad de los Afligidos portuense.

Lo que más llamaba la atención es que procesionaba bajo un «techo de palio» azul cielo, bordado en nubes blancas, ya que lo hacía descubierta, sin palio. De esta misma manera procesionó la antigua talla de la Virgen de la Alegría, cada Domingo de Resurrección, hasta que dejó de procesionar.

Así procesionó la Virgen de la Entrega por más de una década, hasta que en el año de 1992, la Virgen estrena un juego de varales, comprados a la vecina Hermandad jerezana del Dulce Nombre, y un palio de malla dorada con flecos de bellotas. Fue el cambio más significativo y que inició la metamorfosis de lo que es hoy en día este paso.

Años más tarde se optó por estrenar un nuevo juego de bambalinas, igualmente de malla dorada, aunque más largas que las anteriores y se le incorporó un juego de 14 capiteles con borlas y flecos de bellotas. También llevaba en la gloria del techo de palio, un óleo con la imagen de la patrona de la parroquia, la Virgen del Carmen. Como dato reseñable, el primer año que procesionaria estas nuevas caídas, lo hicieron sin los flecos que las rematarán un año más tarde en su parte inferior.

Durante el año 2008, la Hermandad llevó a cabo una serie de actos conmemorativos por el XXV aniversario de la primera salida procesional de la Santísima Virgen.

Para ver el siguiente cambio significativo, nos tenemos que ir a la década de los 2000, cuando la Hermandad decide cambiar los anteriores varales, por unos de más calidad, cincelados en metal plateado, así como adquirir una candelería (aunque posteriormente se volvió a utilizar una gradilla para la candelería).

El jueves 12 de enero de 2012, el Cabildo de Hermanos aprueba, por unanimidad, tres proyectos entre los que se encuentran la restauración de la imagen de Nuestra Señora de la Entrega y la recuperación del proyecto del nuevo palio.

Algún año más tarde se estrena una bambalina frontal en color blanco y bordada en tisú dorado e hilos de seda, manteniendo para los laterales las bambalinas de malla dorada.

De este modo procesionó varios años, hasta que la Junta de Gobierno decidió, brillantemente para mí parecer, encargar el nuevo techo de palio, en terciopelo blanco y bordado en tisú de oro, sedas de colores y malla, al bordador jerezano D. Fernando Calderón, quién lo dotó de los materiales necesarios y mantuvo en la Gloria del mismo el óleo de la Virgen del Carmen.

El siguiente paso destacable lo tenemos en la Semana Santa del año de 2016, cuando se dota al conjunto de nuevas bambalinas, de idénticos materiales que el techo de palio y rematadas en su parte inferior por flecos de bellotas, que cargan al conjunto de la originalidad y elegancia digna de la Virgen.

 

Cuenta la Virgen con varios mantos de salida, casi todos de tono blanco con telas brocadas alguno y con bordados con motivos florales otro. Para finalizar el conjunto, la Hermandad decidió realizar unos elegantes faldones en tela de damasco blanca.

Han pasado 35 años desde la primera salida de Nuestra Señora de la Entrega, habiendo experimentado una serie de cambios, perfectamente reconocibles. Una Hermandad llamada a abrir, entre palmas y cirios celestes, los cortejos procesionales de El Puerto de Santa María.