El portuense Juan Miguel Sánchez y la Coronación Canónica de la Virgen de los Ángeles de Sevilla.

Seis meses ha durado la intervención de la corona de Nuestra Señora de los Ángeles, de la Hermandad de Los Negritos de Sevilla. Seis meses en los que el joyero cordobés, Miguel Ángel Cerezo, le ha devuelto el explendor a una originalísima pieza que diseñara, brillantemente, el portuense Juan Miguel Sánchez Fernández y con la que el próximo 18 de mayo será coronada la Dolorosa de la calle Recaredo.

Fue labrada está pieza por Manuel Román Seco en el año de 1970 y se ejecutó dentro del programa de reforma del paso de palio de la Virgen de los Ángeles, que se había iniciado en la década de los años 60, y que fue realizada bajo los originales diseños del pintor portuense, a quien también se debe el boceto del manto (1961) y el techo de palio y las bambalinas (1962-1964), bordado el conjunto por las monjas Trinitarias de Sevilla y recientemente restaurado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), entre los años 2017 y 2018.

Estado actual de la corona de la Virgen de los Ángeles, tras su restauración

Juan Miguel Sánchez Fernández fue un pintor español que nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) en el año de 1900.

Desde bien pequeño se interesó por la pintura, tanto es así que, con tan solo 8 años, recibió sus primeras clases en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cecilia de su localidad natal.

Con 17 años se trasladó a la ciudad de Sevilla (dónde se hizo Hermando de los Negritos), para continuar con sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios, bajo la dirección de diferentes profesores como son Virgilio Mattoni, Gonzalo Bilbao y Manuel González Santos, quien le impartió clases de Historia del Arte. El pintor gibraltareño Gustavo Bacarisas se convirtió en uno de sus maestros, asistiendo a lecciones nocturnas en el Ateneo de Sevilla.

Los inicios del pintor portuense, en el mundo del arte, fueron algo difíciles. Trabajó durante algún tiempo en un taller de cerámicas y se instaló en el barrio de Triana. Se interesó por el mundo del cartel, sin abandonar el mundo de la pintura, donde obtuvo algunos éxitos importantes.

Su carrera se consolidó después de la Guerra Civil y ya en el año de 1939 realizó su primera exposición individual, en San Sebastián. En el año de 1943 obtuvo la Cátedra de Procedimientos y Técnicas de la Pintura, en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes del año de 1945, donde obtuvo la segunda medalla por el retrato del médico don Juan Andréu. Tres años después, obtuvo la primera medalla por su obra «La lección de los Seises». Se le nombró académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla.

Fue un artista polifacético que cultivó múltiples géneros: El cartel, como ya he comentado anteriormente, entre los que destaca el de Semana Santa y Feria y el de las Fiestas Primaverales de Sevilla del año 1944, que se encuentra en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. También se dedicó a la pintura mural, de la que dejó numerosos ejemplos en edificios religiosos y civiles, como la decoración para la iglesia de la Barriada de la Electromecánica en Córdoba, con escenas de la vida de Cristo y de la Virgen, 8 frescos que decoran el vestíbulo de la Estación de Autobuses del Prado de San Sebastián de Sevilla, con escenas relacionadas con el costumbrismo andaluz del siglo XIX y un fesco, donado a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, con la representación de su titular.

También se dedicó a pintar al óleo, tanto con temática costumbrista, como con escenas de género, retratos, paisajes y bodegones entre los que destacan «La Novia» del Museo de Bellas Artes de Huelva, el Retrato de su esposa, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y la anteriormente citada «Lección de los Seises» también en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Manto y palio de Nuestra Señora de los Ángeles, diseñados por el portuense Juan Miguel Sánchez.

Como había dicho anteriormente, Juan Miguel Sánchez, fue el encargado de diseñar el palio, el manto y la corona de la Virgen de los Ángeles, pieza esta última que ha sido sometida a un importa proceso de restauración, para la coronación de la Dolorosa del Jueves Santo.

Esta restauración ha sido laboriosa, significando para su restaurador uno de los grandes retos, al devolver a la pieza la simetría en su diseño, sustituir las 1.184 piedras, unificar el dorado y el plateado y corregir los defectos que el uso había provocado en la misma. La sustitución de todas las piedras ha sido posible gracias a la donación de un grupo de Hermanos.

Como curiosidad, hay que destacar que los brillantes, que ahora pespuntean la corona, proceden de la ciudad belga de Amberes, no así las circonitas que han sido importadas desde Alemania.

Uno de los mayores retos de esta restauración ha sido encontrar un bloque de turquesa lo suficientemente grande, para garantizar la misma tonalidad para cada una de las piedras que hacen de esta presea una joya única dentro de las coronas de la Semana Santa de Sevilla y de Andalucía. La piedra turquesa aporta la tonalidad azul a la original pedrería de la corona. Finalmente, y tras muchas gestiones, las turquesas de la corona han sido importadas desde la India.

Cabe destacar que poco después de su jubilación, ocurrida en 1970, la salud de Juan Miguel Sánchez empeoró, falleciendo en Sevilla en el año de 1973, seguro que sin imaginar que el diseño de este palio, décadas después, seguiría sorprendiendo a quienes lo ven por vez primera y que seguiría siendo visto como uno de los pasos de palio más originales y admirados de la Semana Santa de dentro y fuera de Sevilla.